lunes, 15 de septiembre de 2008

¡Circus Maximus!


En algún apartado rincón del universo, desperdigado en innumerables sistemas solares centelleantes, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más mentiroso de la “historia universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto.

Con leer estas líneas, me queda en entre dicho si Nietzsche era solo un sublime filósofo, un filólogo excelente o un majestuoso vidente. En estos días en que todo queda en duda por los científicos. En estos nuestros últimos días, después de largos y duros años de trabajo de miles de científicos, ha nacido El Gran Colisionador de Hadrones. Un nombre imponente y que despierta gran expectación. Un nombre que abarca millones de preguntas y que según quienes “saben” de esto también respuesta a muchas de esas incógnitas. ¿De dónde venimos? ¿Porque somos? ¿Quién nos creó?. Es que claro. Estas preguntas siempre están en nuestra mente. Mientras trabajamos, vemos la televisión, navegamos por Internet, vamos al gimnasio, en todo momento, en todo lugar. Son preguntas que nos impiden vivir la vida, sentir la brisa, divertirnos, dormir, comer, etc. No nos preocupemos por el 1.700.000 de los menores de 16 años que viven en este país y que se encuentran en situación de pobreza moderada. Si. Señores/as, no hace falta irse a África. Somos animales astutos que giramos la cabeza al ver los 1500 millones de personas en el mundo sufren de hambre. Nos hacemos los ciegos, sordos y mudos en frente de 1.200 millones de nuestros semejantes que no tienen acceso a agua potable, 840 millones mal nutridos, 2.000 millones que carecen de acceso a medicamentos esenciales y que preferimos invertir 5.000 millones de euros en un juguete que nos permite ser Dios. ¡Bienvenidos al circo de la humanidad! En donde la hipocresía reina y puedes observar desde gente muriendo de desnutrición hasta hombres canjeando a otros por su destreza deportiva a cambio de no sé cuantos millones. Sinceramente, en estos momentos entiendo a los misántropos.